El Quórum Sensing es un mecanismos de comunicación bacteriano que
depende de la densidad celular, donde se utiliza la emisión de diversas
moléculas químicas como la acil homoceril lactona (AHL) y la presencia
de uno o más autoinductores (dependiendo del sistema), logrando así
la expresión coordinada de genes de respuesta. Los fenómenos
fisiológicos regulados por el quórum sensing son diversos, entre ellos
tenemos la formación de biopelículas, el movimiento colectivo
denominado swarming y la expresión de factores de virulencia, este
último muy importante en la generación de la patología infecciosa. La
importancia de conocer las vías de comunicación implicadas en la
detección de quórum, radica en la implementación de nuevas
estrategias para reprimir la interacción célula-célula, impidiendo la
expresión de factores de virulencia y por consiguiente el desarrollo de la
infección.
Hasta hace poco tiempo las bacterias habían sido consideradas como
microorganismos no diferenciados y no cooperativos, sin posibilidad de
que existiesen mecanismos de comunicación intercelular. Sin embargo,
recientemente se supo que dichos microorganismos han desarrollado
sofisticados mecanismos de comunicación denominados en conjunto
“Quorum Sensing” (QS), lo que les permiten detectar y responder a las
condiciones ambientales, incluyendo estímulos como los cambios de
temperatura, la disponibilidad de nutrientes, presión, Oxígeno y pH.[1]
El QS es considerado un mecanismo de comunicación entre bacterias
que permite regular procesos importantes como la formación de
biopelículas, la producción de metabolitos secundarios, la expresión de
mecanismos de resistencia al estrés y la expresión de factores de
virulencia. [2] Tales fenómenos se llevan a cabo a través de
mecanismos de autoinducción de señales químicas presentes tanto en
bacterias grampositivas como en gramnegativas [3].
En 1970 Nealson y Hastings en la universidad de Harvard,
(Massachusetts) aislaron la enzima luciferasa (productora de luz) en la
bacteria marina bioluminiscente Vibrio fischeri, descubriendo que dichos
cultivos producían luz sólo cuando había una alta densidad de bacterias,
hecho por el cual se supuso que estaba controlado por algún mecanismo
molecular cuya señal era producida por las mismas bacterias [4]. El QS
o percepción de quórum (en español) fue descrito por primera vez 1994
Fuqua y colaboradores, su etimología corresponde al término en inglés
“quórum” que significa consenso y “sensing” que significa percepción lo
que refiere al fenómeno mediante el cual las bacterias pueden
comunicarse entre sí, excretando al medio moléculas señalizadoras qu
son reconocidas por otros microorganismos homólogos [5]. Años más
tarde se descubrió que un mecanismo similar al de V. fischeri, mediado
por distintas moléculas de señalización de la misma familia, estaba
implicado en la regulación genética de diversos procesos como la
producción de bacteriocinas la liberación de factores de virulencia y la
transferencia conjugacional de plásmidos en Pseudomonas aeruginosa, lo que inició una serie innumerable de descubrimientos que han
brindado una nueva visión del mundo microbiano [1,6].
El objetivo de esta revisión es describir de forma general los sistemas de
QS que utilizan las bacterias de manera colectiva.
Mecanismo en bacterias gramnegativas
En las bacterias gramnegativas el proceso de la señalización ocurre a
nivel intracelular y es regulado por proteínas receptoras en el citoplasma
y en general de moléculas de AHL que al interactuar con dichas
proteínas inducen su unión al ADN lo que modula la expresión de genes
de respuesta [3]. El ejemplo más conocido de QS con un autoinductor
es el de Vibrio fischeri, que fue la primera bacteria aislada con el fin de
estudiar tal fenómeno. Tras los estudios se demostró que V. fisheri
produce un compuesto difusible (AHL) que se acumula en el medio
ambiente circundante solo durante la fase de crecimiento exponencial de
la bacteria, lo que hace que se genere la expresión del gen de la
luciferasa que (con ayuda del Oxígeno) oxida la luciferina produciendo
oxiluciferina que al volver de su estado excitado a su estado basal emite
luz en el medio cultivo (bioluminiscencia) [5].
El sistema desarrollado por esta bacteria es el más conocido y sencillo,
porque tiene un único autoinductor, que corresponde a una molécula de
AHL. El sistema está regulado por el operón luxI/luxR, que de forma
constitutiva expresa niveles basales de la proteína LuxI y la proteína
receptora del Lux R [12].
Cuando la concentración de la bacteria es muy baja la molécula
autoinductora (LuxI) se produce en muy baja concentración y es
secretada por difusión simple al medio extracelular donde se acumula
pero no llega a concentraciones significativas. En estas condiciones, la
bacteria no produce luz. Cuando los microorganismos se reproducen y
alcanzan una alta densidad microbiana, la concentración del
autoinductor es directamente proporcional a la cantidad de bacterias
acumuladas, es estas circunstancias LuxI entra al interior de la bacteria,
también por difusión y se une a su proteína receptora LuxR, momento
en el que se induce la expresión del operón luxI/luxR sintetizándose la
proteína receptora LuxR y la sintetasa del autoinductor LuxI,
produciéndose una autoinducción del sistema. La unión del autoinductor
a su proteína receptora LuxR induce también la expresión del operón
luciferasa (luxCDABE) con la correspondiente producción de
bioluminiscencia [11].
Mecanismo en bacterias grampositivas
La señalización en las bacterias grampositivas ocurre de manera
externa, es decir que las moléculas de señalización se caracterizan por
no atravesar la membrana plasmática y por ello necesitan de
receptores que se localizan en la pared celular. Teniendo en cuenta lo
anterior, el primer evento de señalización ocurre afuera de la bacteria
para luego interiorizarse por medio de un sistema de transducción, (el
cual está conformado por dos moléculas: la histidín cinasa y la fosfatasa
citoplasmática) encargadas de mediar la respuesta [13]. Los sistemas
de QS de bacterias grampositivas se describieron con posterioridad a los
presentes en bacterias gramnegativas, esto es debido en parte a que no
utilizan autoinductores de tipo AHL.
Las moléculas autoinductoras en bacterias grampositivas son pequeñas
fracciones de oligopéptidos modificados, que al igual que las AHLs son
muy específicos y confieren a la cepa bacteriana que las posee
capacidad de comunicarse de forma intraespecífica. Estos oligopeptidos
no se difunden a través de la membrana plasmática, y necesitan un
transportador específico, que generalmente modifica la estructura del
autoinductor. También necesita dos receptores; una histidín-quinasa de
membrana y una proteína (regulador) que interacciona con el DNA y
activa la transcripción [14].
El ejemplo más sencillo de estos sistemas de QS es el descrito en
Staphylococcus aureus. Se trata de una bacteria que generalmente se
encuentra haciendo parte de la microbiota normal del ser humano, y que en determinadas circunstancias se convierte en patógena e invade
los tejidos. Cuando se encuentra en bajas concentraciones, S. aureus
expresa factores proteicos que le permiten adherirse y colonizar
superficies, sin embargo, a elevadas concentraciones celulares la
síntesis de estos factores se reprime y la bacteria comienza a secretar
factores de virulencia que afectan la integridad del tejido, siendo
relevante mencionar que todos estos procesos están regulados por el
sistema de QS denominado Agr [13].
REFERENCIAS
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3. Flores, M.; Aguilar, G.; Cabrera, C.; Guzmán. J.; Flores, M. 2011.
El impacto biológico de los autoinductores bacterianos. Revista de la
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11.full.pdf+html
buena información
ResponderEliminarmuy buena informacion..me ayudo en mi exposicion
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